¡Qué placer ver crecer las flores en mi jardín!
A veces sueño que florecen solo para mi.
Pero mi jardín es el mundo.
Y el mundo es una orgía de aromas y narices.
¿Cómo puedo permitirme la más mínima tristeza por ello?
En el orgasmo eterno las palabras se marchitan.
¡Qué placer ver como florecen otras nuevas!
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