Somos ladrones encantadores,
Que robamos corazones, y nunca desfallecemos,
Porque somos los amigos del Uno.
El tiempo de los viejos sermones ha pasado,
Nosotros apuntamos directamente al corazón.
Si la mente intenta entrar a hurtadillas
Y tomar el mando, nosotros le echaremos el lazo sin demora.
Convertimos el veneno en medicina
Y nuestras penas en bendiciones.
Todo lo que nos era familiar,
A quienes amábamos y a nosotros mismos,
Tuvimos que dejarlos atrás.
Bendito sea el poema que viene a través de mí, pero no de mí,
Porque el sonido de mi propia música
Ahogaría la canción de Amor.
Jalaluddin Rumi
No hay comentarios:
Publicar un comentario