El pastor del pueblo

Oh tú que conduces al Pueblo, llevanos con tus cantos al redil,
Y mientras vamos, en nombre de Dios, dígnate mirarme;
O lanza una flecha de tu voz:
Dará en oídos vigilantes, y traspasará mi corazón.
Los que me rodean no saben qué es el amor.
Al verme tan herido dirán: "Está loco."
Si es locura amar a Aquél a quien deseo con ardor
Que Dios deje languidecer mi cuerpo con esta enfermedad devastadora.
Si el negador prestara oídos a mis palabras,
No se apartaría de mi enseñanza, si no que a mí vendría,
Y se convertiría en mi seguidor.
Pregúntales, el día en que todos los rostros se humillan
ante el Viviente eterno, si estuvieran conmigo.
Aquel día es como aquél otro
De ¿No soy Yo vuestro Señor? Dije "sí" entonces,
Y no he dejado de decir: "Señor, estoy a Tu Servicio."
Al Convocador de Dios respondí cuando llamó.
¿No responderás al Convocador, pueblo mío?
Si buscáis consuelo en el amor, tal como a mi me veis
Con él bendito, apartaos de los que de él mal hablan.
Si quieres conocer el rango de los que aman,
He aquí mi respuesta, que curará todas las dudas:
Nosotros y los hombres que antaño lucharon en Badr
Somos iguales: lo que es mío es suyo, y lo que es suyo es mío.

Sayj Ahmad Al-'Alawi

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