Las palabras son seres vivos. Según la especie y el entorno en el que se encuentren tienen un comportamineto determinado y su influencia también es diferente. Viajan recorriendo nuestros espacios más secretos. Algunas se congelan, otras se evaporan. Puede suceder que haya palabras que no se adapten al medio donde habitan y provoquen reacciones descontroladas y destructivas. Otras palabras nutren y enriquecen.
Cada palabra tiene su propia vibración. Su magia influye notablemente allá donde su vibración se proyecta provocando incluso alteraciones físicas.
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