Los amantes

Lo que llamamos amor es realmente un expectro completo de relaciones que abarca desde la tierra al cielo. En el nivel más terrenal, el amor es atracción sexual. Muchos de nosotros nos quedamos estancados ahí, porque nuestros condicionamientos han cargado nuestra sexualidad con todo tipo de expectativas y represiones. Actualmente, el mayor "problema" con el amor sexual es que nunca perdura. Únicamente si podemos aceptar este hecho podemos disfrutarlo por lo que es; darle la bienvenida cuando aparece y decirle adiós con gratitud cuando se marcha. Entonces, a medida que maduramos, podemos empezar a experimentar el amor que está más allá de la sexualidad y que honra la individualidad única del otro. Empezamos a entender que nuestra pareja funciona a menudo como un espejo, reflejando aspectos desconocidos de nuestro ser más profundo y apoyándonos para que nos volvamos un todo. Este amor esta basado en la libertad, no en las espectativas o en la necesidad. Sus alas nos llevan cada vez más y más alto hacia el amor universal que lo experimenta todo como una unidad.

Si te vuelves atento y consciente, meditativo, entonces el sexo puede transformarse en amor. Y si tu estado meditativo se vuelve total, absoluto, el amor puede transformarse en compasión. El sexo es la semilla, el amor es la flor y la compasión es la fragancia. Buda ha definido la compasión como "amor más meditación". Cuando tu amor no es únicamente el deseo por el otro, cuando tu amor no es únicamente una necesidad, cuando tu amor es un compartir, cuando tu amor no es el de un mendigo sino el de un emperador, cuando tu amor no pide nada a cambio sino que está dispuesto a dar -a dar por el simple goce de dar-, entonces añádele meditación y se liberará una fragancia pura. Esto es compasión; la compasión es el fenómeno más elevado.

Osho

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